El otoño es un desafío para nuestro bienestar, en varios sentidos. Debemos prestar atención al sistema inmunológico si queremos llegar al invierno más protegidos. Hay que adaptarse a los bruscos cambios de clima, los primeros fríos, el viento y la sequedad. Se cae mucho el pelo –para dar lugar a nuevos cabellos- y nos enfrentamos sin anestesia a los kilos que nos trajimos de las vacaciones, cuando la ropa de medio tiempo nos ajusta más de la cuenta...
En lo emocional, el otoño es una época bella y algo triste a la vez. Nos sentimos obligados a abandonar la actitud relajada del verano y ponernos en marcha con el trabajo o el estudio, lo que produce un cruce de sentimientos: hay que dejar atrás el pasado y a la vez revisarlo, el cuerpo tiende a trabajar menos para que la tarea recaiga más en la mente.
El OTOÑO es tiempo de organizción de recolocación de prepararse para el invierno es tiempo de CAMBIO y el cambio es siempre una buena noticia.
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